La crisis del COVID-19 ha cambiado la actitud de los españoles sobre la vida en el campo: el 49% de los urbanitas encuestados afirma que la pandemia influyó o cambió su opinión sobre la vida en el campo, según el estudio ‘Digitising Europe’, una encuesta encargada por el Instituto Vodafone con más de 15.000 entrevistados de 15 países europeos. El 56% del total de urbanitas encuestados en todos los países podría plantearse mudarse al campo en los próximos uno o dos años (16% “definitivamente” y 40% “tal vez”). Por su parte, la mayoría de los residentes rurales están a gusto con el lugar donde viven (59%); y sólo el 35% podía plantearse mudarse a una ciudad en un futuro cercano. Cuando se pregunta sobre las ventajas y desventajas de la vida en el campo en España, los dos aspectos más ventajosos para los urbanitas son los beneficios que aporta el campo para lograr un estilo de vida saludable (73%) y la cercanía a la naturaleza (69%). Sólo el 38% considera que los alquileres más baratos son un beneficio de la vida en el campo. Las ventajas de la vida en el campo predominan para el 41% de los habitantes de las zonas urbanas en España. Una buena conexión a Internet es más importante que una buena infraestructura sanitaria para los españoles La condición número uno para una vida en el campo es, con mucha diferencia, contar con una buena conexión a Internet: el 78% de los habitantes de las ciudades lo considera imprescindible; para un 16% es bueno tenerlo. Este hallazgo es consistente para todos los países europeos.
Para eCautiva estás tendencias, que permiten posibilidades como el teletrabajo desde zonas rurales, pueden contribuir a la lucha contra la despoblación.