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Hace ya algún tiempo, un artículo de la revista National Geographic calificaba a Gustavo Dudamel, un joven venezolano  que con tan sólo 29 años asumía en 2009 la dirección de la Orquesta Sinfónica de Los Ángeles, como el último y más claro exponente de lo que los expertos conocen como “genio musical”… Desde entonces, el trabajo de Dudamel en Los Ángeles, y sus colaboraciones frecuentes con otras prestigiosas orquestas del mundo (en los últimos días ha firmado con la Filarmónica de Viena la dirección del Concierto de Año Nuevo 2017) lo han destacado como el principal protagonista de la innovación y el cambio generacional en un mundo tradicionalmente tan encorsetado…

Gustavo Dudamel

EMOCIÓN, CREATIVIDAD Y PASIÓN… LA CLAVE DEL STORYTELLING ESTÁ EN NUESTRO CEREBRO.

La fuente del éxito de este “narrador de historias”, más allá de su presumiblemente exquisita educación musical, radica en su capacidad para transmitir un mensaje que celosamente (puede que hace incluso 200 años) un autor encriptó en clave de corcheas y semifusas, y reunir bajo una misma idea, un mismo sentimiento, a toda una audiencia que percibe emocionada cómo la magia fluye con la interpretación de la partitura…

Llegados a este punto, y con motivo de preparar este post orientado al desarrollo de hábitos que te conviertan en un brillante “director de orquesta” cuando presentes tus ideas en público, se me ocurrían algunas analogías interesantes…

  1. Contamos con un mensaje que quieres transmitir: Presentación de un nuevo producto, necesidad de plantear una nueva dirección estratégica, exposición de resultados… Esto es el contenido de tu presentación. En tu cerebro, representa la idea, el sentimiento, la música en la partitura con la que necesitas emocionar a tu audiencia…
  1. Contamos con un trabajo que minuciosamente has preparado: Tus “slides” en PowerPoint, Prezi, otros… olvídate de ellos. Su importancia real reside en que son herramientas. En tu cerebro, serán los instrumentistas. Aquellos a los que habrás de “llamar”, coordinar, y hacer entrar en escena de forma magistral para que te ayuden a transmitir el mensaje…
  1. Contamos con lo necesario para entrenar tu cerebro en la presentación de ideas: No lo olvides, este es el elemento más importante. Lo que marca la diferencia. Un cerebro enfocado al storytelling es aquel que no sólo presta atención al componente lógico y analítico del mensaje… Tu batuta, la forma en que la diriges, habrá de obrar la magia.

ENTRENAR TU CEREBROcerebro1 PARA PRESENTAR IDEAS

Todo cerebro enfocado hacia el storytelling, se caracteriza por haber desarrollado una comprensión aventajada del modo en que funcionan otros cerebros. Este conocimiento te permitirá transmitir tus ideas, el contenido de tus presentaciones, estableciendo un fuerte vínculo colectivo con las otras mentes que conforman tu audiencia. Música que emociona…

El método para conseguir enfocar tu cerebro mientras realizas una presentación en público, y convertirlo en la batuta con la que diriges magistralmente todos los componentes  de tu presentación hacia la emoción, conectando con tu audiencia y convenciéndolos, está marcado por los siguientes hábitos que habrás de entrenar…

  1. Asume que estás nervioso, acéptalo, porque es algo positivo: Cuando sientas que las palmas de tus manos comienzan a sudar (y la temperatura de la sala no sea demasiado alta), recuérdate a ti mismo que estás nervioso porque tienes algo muy importante que decir. Vas a tener una conversación importante, nada más. Ni nada menos.
  1. Céntrate en tu audiencia: desplaza tu atención de ti mismo hacia tu audiencia. Lo notarán, valorarán que lo hagas, y serán más receptivos con el mensaje que les transmites.
  1. No eres perfecto: Durante una presentación, la ansiedad y el nerviosismo suelen aumentar proporcionalmente a tus deseos de rayar la perfección. No intentes parecer una “superestrella”, simplemente hazlo lo mejor que sabes, mientras imprimes a tu mensaje pasión y emoción.
  1. Céntrate en lo importante: Cometes un error si pretendes contar todo lo que sabes. Proporciona a tu audiencia sólo los aspectos necesarios. Lo que necesitan saber. En este sentido, menos siempre es más… 
  1. Presentar tus ideas es una oportunidad: No estás en un juicio, ni tu interpretación va a ser juzgada. Tienes la oportunidad de exponer tus ideas, aportar algo positivo, y compartir tu forma de ver las cosas… ¡Aprovecha la oportunidad!
  1. Ánclate: Procedente de la PNL, el “anclaje” es una técnica que te ayudará a regular tu estado mental de forma sencilla. Consiste en rememorar un momento concreto en que te hayas sentido feliz, seguro, tranquilo… a la vez que respiras profundamente mientras te sientes de nuevo viviendo aquel lugar/momento concretos…
  1. Ensaya: Para mí, uno de los más importantes. Práctica, entrenamiento, repetición… constituyen el fundamento en el desarrollo de cualquier habilidad. No pierdas más el tiempo preocupándote por el momento de tu presentación. Ensaya, ensaya, ensaya y luego… ensaya.
  1. Cuenta una historia: La neurociencia nos provee, cada vez en mayor número, de estudios que indican cómo una historia, una idea, bien construida produce cambios en la química cerebral de la persona que la escucha. Introduce en tu presentación aspectos emocionales, sé creativo, no aburras. Activarás en tu audiencia su circuito empático, y la química cerebral hará el resto… Música que emociona…
  1. Utiliza imágenes e ilustraciones coloristas, amenas: Una imagen vale más que mil palabras, y unas ilustraciones bien seleccionadas harán vibrar a tu audiencia. Su cerebro se encontrará estimulado, curioso, sorprendido y entusiasmado. De nuevo, has conseguido captar su atención…
  1. Implícalos: No existe mejor forma de mantener una audiencia cautiva con tu mensaje que haciéndola partícipe de la conversación. Formula preguntas sobre las que puedan reflexionar, estimula en determinados momentos la charla entre ellos, invítalos a jugar a ponerse en el zapato de otros e imaginar cómo sería si, por ejemplo, fueran directores de orquesta…. Mantenlos despiertos…

¿Puedes oír los aplausos?

Has estado fantástico… deja la batuta sobre el atril,

y toma fuerzas porque éste ha sido sólo el primer acto…