Seleccionar página

Hace unos cuantos años, cuando mi vida profesional transcurría al otro lado de la frontera de los Recursos Humanos, recuerdo que, obsesionado como ya estaba por gestionar el desempeño de mi equipo de la manera más objetiva, diseñé una hoja Excel con los comportamientos que más valoraba de la gente con la que trabajaba.

Cuando ya la tenía completada, organicé una reunión con nuestra HR Business Partner con el objetivo de mostrarle lo que había hecho, y buscar la manera de “oficializarlo” para darle verdadero empaque.  La paradoja fue que mientras que el feedback por la iniciativa fue muy bueno, la respuesta fue pelín frustrante: “De momento no podemos hacer nada con ella porque la herramienta tecnológica no lo permite”

Ha llovido ya desde aquello y sigo contemplando como muchas grandes empresas siguen invirtiendo millonadas en mega-sistemas de gestión de los procesos de RRHH que, precisamente por su envergadura, resultan complicados (o  inasumiblemente costosos) de adaptar a sus necesidades finales como cliente. Ahora que está tan de moda la tan manida “Transformación Digital”, más que nunca, creo que no debemos permitirnos el lujo de que las herramientas tecnológicas sean un obstáculo.

El límite debe ser siempre la imaginación de las personas responsables de la gestión de los procesos ligados al talento, y la tecnología debe ser su aliado.  No contemplo otro posible escenario. Si existe una solución a lo que proponemos que está ya disponible en el mercado, miel sobre hojuelas, pero en caso contrario no debemos poner coto a nuestra creatividad como profesionales del sector.

Eso es lo que me gusta de trabajar con Talenttools, que a la hora de diseñar con el cliente la solución que sus circunstancias demandan, el único obstáculo verdadero es nuestra imaginación y nuestra creatividad.  Sé perfectamente que el equipo de programadores, especializados en procesos de RRHH, sabrá pintar sobre una web lo que primero existió en nuestras cabezas.

Sí, lo sé, el párrafo anterior (con razón) puede ser acusado de cierto sesgo promocional, pero más allá de marcas, ejemplos, o referencias en el mercado, la idea que pretendo legitimar a través de este post es que el verdadero éxito de la digitalización consiste en que el usuario final  no vea la tecnología, por sus prestaciones o por su usabilidad, como un obstáculo sino siempre como una extensión palpable de sus ideas, un facilitador, que como un arbitraje en la final de un Mundial de fútbol, podrá brillar más cuanto más desapercibido pase a la hora de ser implementado.

Cuando una herramienta tecnológica crea dificultades o simplemente no es adoptada por su complejidad, es que no la hemos elegido bien. Por eso antes de escoger un producto debemos conocer bien nuestras necesidades y nuestras capacidades. No hay mejor manera para encontrar el compañero de viaje adecuado que empezar por conocerse bien a uno mismo.

Cuando una herramienta tecnológica crea dificultades o simplemente no es adoptada por su complejidad, es que no la hemos elegido bien. Por eso antes de escoger un producto debemos conocer bien nuestras necesidades y nuestras capacidades. No hay mejor manera para encontrar el compañeros de viaje adecuado que empezar por conocerse bien a uno mismo.